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Aflojar las reglas

Por Margo

Hace tres años que me aficioné al yoga ante mi necesidad de hacer una pausa para respirar y hacer reset mental-corporal.

Hoy me reúno con María Gordillo y Reyes Martín, instructoras y formadoras en Espacio Ashima (Murcia), para conversar sobre los inmensos beneficios que conlleva una práctica continuada de esta disciplina: equilibrio y control de tu cuerpo, así como, alivio a las molestias que padecemos durante nuestro ciclo menstrual.

Mi camino de iniciación al yoga comenzó durante la pandemia del Coronavirus. Me compré un libro y un nuevo conjunto deportivo, desenrollé la esterilla y tecleé en el buscador de Youtube: ‘Clases de yoga para principiantes’. Pronto me topé con la conocida instructora de Barcelona, Xuan Lan que me hipnotizó y me enganchó día tras día, vídeo tras vídeo, directo tras directo.

Desde entonces recurro al yoga cada mañana para estirar y energizar mi cuerpo tras largas horas de reposo en la cama, después de pasar demasiadas horas sentada frente al ordenador y, muy especialmente, cuando estoy con el ciclo.

 

Por suerte, no siempre padezco de fuertes dolores abdominales... entre una larga lista de síntomas pre y durante la menstruación. Aun así, cuando hay momentos en la noche en los que no consigo dormir - si no es doblándome sobre mí misma cual rollito de canela - adopto posturas propias del yoga para paliar las molestias lo más rápido posible.

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Un poco de historia...

El yoga es una práctica procedente de la India y tiene su origen en unos textos sagrados de la cultura hindú, los Vedas. La palabra “yoga” proviene del sánscrito “ioga” y significa: “La unión del cuerpo con la mente y de la mente con el alma”. Por tanto, podríamos decir que como disciplina abarca tres niveles o espacios: físico, mental y espiritual.

 

En Occidente, entendemos el yoga como un tipo de "gimnasia" vinculada a la práctica de posturas físicas (Hatha Yoga) y la meditación. Sin embargo, va mucho más allá. Según los textos sagrados - como el el Bhagavad Gita -, su objetivo principal es acabar con todo aquello que tienda a desequilibrar y enturbiar nuestra mente, equilibrio y paz.

Aunque ya llevo tres años siendo yogui autodidacta, hace unos meses me probé con clases matinales en Espacio Ashima (Murcia). Sus instructoras, Reyes Martín y María Gordillo, preparan clases completas – tanto presenciales como on-line - que comienzan con una meditación al inicio, seguido de estiramientos y un flow de asanas - diferentes en cada sesión - para concluir con unos minutos de relajación.
 
Hace unas semanas, quise reunirme de nuevo con mis profesoras para preguntarles por las mejores rutinas y posturas que podemos reproducir cuando nuestro período nos limita la movilidad e, incluso, hacer "vida normal".

¿Qué posturas o rutina son las más idóneas para calmar el dolor abdominal durante nuestro período, especialmente, durante los primeros días del ciclo?

 

María Gordillo: No deberíamos practicar yoga, únicamente, cuando padecemos o tenemos la menstruación en sí, sino durante todo el mes. De este modo, hallaremos un 'equilibrio hormonal', por así decirlo. Conseguiremos que los dolores vayan a menos, así como, un sangrado en equilibrio también. 

Te van a venir bien todo tipo de pranayamasasanas. Cuando estés con la menstruación, sobre todo, escoge aquellas que tiren más a ese estado de introspección, a esa energía más yin.

¿Qué es lo que, en contraposición, deberíamos evitar hacer o practicar cuando estamos con el período?

 

Reyes Martín:  No deberíamos practicar la ‘respiración del fuego’ (kapalabhati), por ejemplo. Las posturas invertidas tampoco son nada aconsejables, así como todo lo que te comprometa demasiado el abdomen. El área abdominal hay que cuidarla y mimarla mucho durante esos días y, como ha dicho María, con posturas más Yin. En definitiva, practicar yoga de una forma mucho más amorosa y de recogimiento.

 

M: Si escuchas a tu cuerpo, él mismo te va a ir diciendo cuáles son las asanas que te van a ir mejor durante la práctica.

Imaginad que no nos encontramos en casa o en un espacio abierto, cómodo, con nuestras herramientas o utensilios de yoga a mano.
¿Qué ejercicios podríamos adoptar para controlar la molestia o aliviar paulatinamente el dolor?

 

M: Está comprobado que la respiración va totalmente ligada a la velocidad de tus pensamientos, así como, a tu cuerpo físico. Si empiezas a acelerar tu respiración al pensar en ese dolor, todo va a ir encadenado. Cuando trabajas en ese pranayama, en ese control de tu respiración y relajación… conseguirás una disminución paulatina de las molestias.

 

Como hemos dicho antes, lo ideal es que practiques durante todo el mes ejercicios que te van a llevar a ese equilibrio hormonal y de todo tu cuerpo.

 

R: Si experimentas un momento de ‘pico’ agudo del dolor, yo optaría por las respiraciones alternas para conseguir el equilibrio de tus hemisferios cerebrales. Es lo que te va a calmar, básicamente.

¿Podemos apoyarnos en la meditación, respiración o prácticas de pranayama?

 

R: El Yoga Kundalini o yoga de la conciencia, tiene una parte meditativa muy importante. Como ha dicho María antes, toda ese foco hacia la introspección va a venirnos súper-bien durante la menstruación. Además, el yoga Kundalini contiene muchas series enfocadas al equilibrio hormonal. Cualquiera de ellas te puede venir bien, así como, su parte meditativa.

En Ashima también impartís clases dirigidas a mujeres embarazadas. ¿Por qué recomendáis la práctica del yoga durante el embarazo? ¿Cómo son las prácticas a lo largo de sus distintas fases y evolución?

 

R: Normalmente, se te aconseja no hacer yoga durante los tres primeros meses de embarazo, aunque sí pranayamas o meditación... Con lo cual, sí podrías practicar yoga. Nosotras hacemos una propuesta a lo largo de todos esos meses para que seas capaz de aceptar todos esos cambios físicos, mentales, emocionales y hormonales. Nos va a ayudar a mantener ese equilibrio completo ya que, tanto el yoga como el embarazo, son un viaje.

La Loge Magazine: Un viaje con el que cambia, completamente, tu visión global como individuo.

 

R: Efectivamente. Desde el punto de vista del yoga, la visión va a ser mucho más amplia, más bonita y te va a llevar a culminar ese embarazo de una forma más amable contigo misma. 

 

Debido a tanto cambio y alteración hormonal, las embarazadas se pueden sentir bastante mal. De este modo, encuentran apoyo y conseguimos que ese gran cambio físico sea paulatinamente aceptado. Además, también iremos preparando al cuerpo de cara al parto mediante posturas con aperturas de cadera, etcétera.

¿Por qué es bueno practicar Yoga con cierta regularidad?

 

M: Más que una actividad deportiva, el yoga se trata de una práctica de autoconocimiento en la que a través de pranayamas, asanas y la meditación, vas a poder conocerte tanto a nivel interno como a nivel externo.

 

R: Vas a poder unir ese cuerpo finito con ese cuerpo infinito. Para nosotras no es gimnasia ni un deporte, es una forma de vida. Cómo afrontas tu vida día a día.

M: A través de la meditación o de una clase de yoga, vas a trabajar mucho tu parte subconsciente. Te va a liberar de muchas cosas, obstáculos de los que ni siquiera tú eres consciente.

 

R: Te permite ser mucho más flexible y no sólo de cuerpo, sino de mente.

 

M: Te permite conocerte a un nivel mucho más sutil: cómo es mi cuerpo, qué necesita mi mente, cómo pienso, qué miedos hay, qué pasa con mis emociones… etcétera. Poder escuchar toda esa parte más vinculada al alma, más espiritual y unir todo eso, ir sanándolo.

 

R: Así es. Realmente, es una herramienta de conocimiento interno. Con lo cual, te va a hacer vivir y disfrutar de una vida mucho más plena.

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Instructora y formadora de hatha yoga y técnicas de meditación. Co-directora de Espacio Ashima (Murcia).

Reyes Martín

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