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Beauty Alert:
Skin Cycling

Por Margo

Nuestros carritos de compra virtuales se han ido llenando, poco a poco, con nuevos activos cosméticos: retinol, ácido hialurónico, vitamina C, ácido azelaico, ácido ferúlico..., etcétera.

El Skin Cycling, responde a una secuencia ordenada en la aplicación de algunos de estos activos a lo largo de la semana. Es decir, una rutina dentro de tu rutina. ¿Es rizar el rizo? ¿Funciona?

Es un ciclo sin fin”, es lo que suelo pensar – y cantar - cada noche antes de irme a dormir.
 
No hay día o noche que me salte mi rutina de cuidado de la piel ya que, para mí, es algo tan básico como beber agua o lavarse los dientes. Aunque llegue a casa en ese fugaz momento en el que la noche y el día se diluyen como una acuarela. No. Pase lo que pase, el retinol no se salta. Sin embargo, hay días en los que acabo completamente exhausta y necesito que mi skincare me lo ponga fácil.

Desde hace unos años a esta parte - especialmente, a raíz de la pandemia – nuestro interés por el cuidado de la piel ha aumentado exponencialmente. Se ha demostrado que el uso de cosméticos está estrechamente vinculado a nuestro bienestar emocional. Por ello, no es de extrañar que nos hayamos vuelto unos auténticos fanáticos de todo lo que pivote alrededor del movimiento #metime. Porque no: ya no es sólo "lavarse la cara con agua y jabón".
 
Ahora la cosmética se esfuerza en suplir unas necesidades muy específicas y combatir unas problemáticas concretas. Además, cada vez valoramos más la transparencia en las etiquetas de lo que compramos. El consumidor quiere entenderlas y desentrañar “fácilmente” sus fórmulas para, en definitiva, conocer qué diantres se está poniendo directamente en el rostro.

¿Qué es el Skin Cycling?

Esta nueva tendencia beauty la firma la dermatóloga, Whitney Bowey, quien la compartió y viralizó a través de la plataforma digital, Tik Tok. Busca promover la renovación y reparación de la piel evitando una excesiva exfoliación. Para ello, se organiza en ciclos de 4 días: los primeros días se enfocan en la aplicación de activos antiaging; los otros dos, nuestra piel "se pira" a descansar un poco.

Si bien resulta una rutina de fácil aprendizaje y retención, quizá nos tome algo más de tiempo en empezar a apreciar resultados visibles. Además, expertos acusan que si no aplicamos el retinol y sus derivados con mayor asiduidad, no lograremos sacar todo el potencial este principio antiaging (vitamina A) tan eficaz.

El calendario quedaría así:

Noche 1: Ácidos exfoliantes sin aclarado.

Los exfoliantes químicos resultan mucho más respetuosos y gentiles con la barrera de nuestra piel, ya que evitan la exfoliación por fricción.

  • Empieza tu rutina con el uso de tu limpiador jabonoso de confianza, el que más te guste y sea agradable con tu piel. Importante: si te maquillas, es recomendable que empieces con una doble limpieza. Para ello, usa un aceite o bálsamo como paso previo al gel limpiador.

 

  • Seca tu rostro a toquecitos suaves. Ahora, es turno de un ácido exfoliante como el ‘The Porefect Exfoliant’ de Two Poles. Aplícalo con tus manos limpias o con ayuda de un disco de algodón.

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  • Último paso: crema hidratante y a dormir.

Noche 2: Retinol.

  • ¡El paso de limpieza es común a todos los días!

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  • Guárdate el ácido exfoliante para dentro de unos días, porque hoy toca un producto que contenga retinol.

 

Si eres beginner con este activo, es recomendable que lo vayas introduciendo de forma escalada y con paciencia, ya que puede resultar un pelín irritante al principio. ​Por ello, es aconsejable que te apliques primero una fina capa de crema hidratante alrededor de las áreas más sensibles o delicadas, como el contorno del ojo. La cantidad apropiada de retinol para el rostro correspondería al tamaño de un guisante. ¡Así de poquito!

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  • Espérate unos minutos y concluye con tu crema hidratante de noche favorita.

Noche 3 y 4: Hidratación.

¡A descansar!

Estas dos últimas noches comparten una misión común: mejorar la función barrera.

 

  • De nuevo, empieza con una rutina de limpieza apropiada y pasa a aplicarte activos que traten de reparar tu piel: ácido hialurónico, niacinamida o glicerina. Y ya está, ¡así de sencillo!​

¡Vuelta a empezar!

Empezamos con un nuevo ciclo, así que, hoy te toca ácido exfoliante (Noche 1).

Productos para el cuidado de la piel

La mejor rutina de todas...

Es acumulativa y te la marcas tú mism@, día a día: garantizarnos un sueño reparador y de calidad, comer sano y desterrar a los ultra-procesados de la cocina, hacer deporte, beber más agua y reducir el consumo de refrescos y bebidas alcohólicas, mantener bajo control los altos niveles de estrés, conservar y alimentar relaciones sociales sanas, estar más en contacto con la naturaleza, dedicar un ratito al día a actividades que nos aporten ese chute de serotonina y un largo etcétera.

 

Los cosméticos pueden contribuir a nuestro equilibrio emocional, sí. Pero existen infinitas herramientas a nuestro alcance que también influyen, cada día, en nuestra búsqueda de bienestar.

Pienso que a veces nos saturamos la piel con múltiples pasos y productos - ni más ni menos que diez, en el caso de la rutina coreana - que, quizá, no va con nuestras necesidades específicas.

No todas las pieles son iguales, ni tienen las mismas características, ni conviven bajo las mismas condiciones climáticas y/o ambientales. Al final y al cabo, nuestro entorno, hábitos o circunstancias personales condicionan mucho nuestra salud interna que repercute, directamente, en el aspecto de la piel.  Una piel desequilibrada puede ser el piloto rojo que nos avisa de que hay algo que no funciona tal y como debería.
 
Así que no: no todo lo que nos recomiendan por redes nos sirve por igual. Lo más aconsejable, siempre, es acudir a un médico o especialista que te sepa hacer un diagnóstico personalizado y pueda aconsejarte una serie de productos específicos que se adapten a tu piel. Igual que en 'Harry Potter', todo mago encuentra su varita – o viceversa, si nos ceñimos a la versión más purista de la saga - tu piel tiene su propia lista de la compra establecida.
 
Porque, aunque seamos diferentes, el objetivo sí es común: tener una piel sana y equilibrada. Menos, es más: en la sencillez está la clave.

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