'Normal People'
Por Margo
'Gente Normal' es la segunda novela de la joven irlandesa, Sally Rooney. Escritora reconocida como "la voz de toda una generación".
La relación de Marianne y Connell ha logrado traspasar generaciones, fronteras e, incluso, los límites del papel para instalarse en la pequeña pantalla.
Un éxito mundial reducido a una historia muy normal en la que, fácilmente, poder encontrarse.

Una historia muy normal
Chico popular se enrolla con la rarita del insti.
Chico pobre se pilla de la chica con dinerito. Su afecto resulta correspondido, pero siente que nunca será lo suficiente para ella.
Efectivamente, estamos ante el cliché más clicheado de la Historia de las novelas románticas y rom-coms de la pequeña y gran pantalla. Aunque, en este caso, son más dramas que risas.
Sally Rooney nos presenta a unos 'Jack y Rose' sin iceberg. Mejor dicho, nos trae la versión millennial de ‘Romeo y Julieta’ en un High School Musical sin wildcats. Ni rastro del colgante de ‘T de Troy’ ni ‘T de Típico’ porque, aunque el título nos haga pensar en la relación romántica entre dos personas normales y corrientes, gracias a Dios no se trata de la ‘típica’ historia juvenil que peca de tener poco trasfondo. Es más, todo lo contrario.
‘Gente normal’ es una historia de personaje en toda regla y muy bien construida según la crítica y los ‘más entendidos’. De hecho, las tres primeras hojas del libro están dedicadas, íntegramente, a colmar de halagos a la escritora y su obra. Narcisismo encubierto en intención "marketingiana". Pero yo no soy crítica, sólo una ‘persona normal’ (badadum-tss) que viene a aportar su humilde y modesta opinión.
¿De qué va 'Normal People'?
No sé si le estoy descubriendo el mundo a alguien, ya que el libro salió hace casi cuatro años o así, pero si no te lo has leído aún (o visto la serie) te animo a que le des una oportunidad.
Como he dicho antes, se trata de una de las tramas más vistas y explotadas en literatura, series o películas debido a su proximidad o semejanza con la vida real. Estoy segura de que cualquier persona podrá reconocerse – en mayor o menor grado- en algunas de las conversaciones o situaciones en las que se ven envueltos Marianne o Connell. Cada generación con sus propios matices contextuales, claro. Pero el grueso en sí es lo mismo.
Por lo tanto, si me preguntáis por un logline, diría: 'Historia centrada en la relación prolongada en el tiempo de dos jóvenes que, por más que lo intentan, no pueden alejarse el uno del otro'.
En fin, la vida.
Se trata de una crónica actual, ya que se despliega entre el 2011 hasta el 2015. Sin duda, un soplo de frescura y nostalgia para los 90’s Babies. No quiero decir que los más jóvenes no vayan a sentirse identificados o conectados con sus personajes. Como he dicho antes y bajo mi punto de vista, la historia es intergeneracional. Pero vamos, que los protas no se graban Tik Toks... es lo que os quiero decir.
Marianne y Connell
Marianne y Connell no pueden ser más distintos.
Adivinad. Connell es un chico popular, deportista, guapete y con un amplio círculo de amistades. Sin embargo, Marianne es todo lo contrario: carácter más introvertido, escasas habilidades sociales y experimenta ciertas dificultades para integrarse con sus demás compañeros del Insti. Su único amigo, por cercanía, acaba siendo Connell.
Por si fueran pocas las diferencias entre ellos, Marianne viene de una familia adinerada. Mientras que Connell vive con su madre, Lorraine, quien le tuvo a los diecisiete años y trabaja como limpiadora en casa de Denise, madre de Marianne. En realidad, el roce entre ambos no se da en el instituto, sino en la mansión de su compi de clase cuando Connell va a recoger a su madre al terminar de trabajar.
Otra diferencia, por ejemplo, radica en el ambiente familiar y su influencia en cada uno de nuestros personajes principales. Sin ánimo de hacer spoilers, la tóxica relación que mantiene Marianne hacia su madre y hermano mayor, Alan, justifica mucho su comportamiento y los traumas que va arrastrando a lo largo de su juventud. Como dije, es una historia enteramente de inmersión en los personajes.
Por otro lado, Connell es hijo único y goza de una saludable relación con su madre. Recordemos que Lorraine tan sólo tiene treinta y cinco años, por lo que la proximidad de edades entre ambos hace que la relación materno filial sea abierta y, en ocasiones, peque incluso de cierto colegueo. Ella, de mente abierta y más moderna – o, por ponerlo en otras palabras, menos conservadora- propicia un ambiente de distensión que es la total antítesis del escenario en el que se mueve Marianne antes de irse a la Universidad.
